El rodillo verde

A falta de que se disputen las finales, Boston Celtics acaricia el anillo tras una temporada sobresaliente en la que hasta ahora han demostrado ser el mejor equipo de la liga Los Boston Celtics, primeros clasificados para las finales de la NBA que darán comienzo en el TD Garden el próximo 6 de junio, están a tan solo cuatro victorias de lograr el ansiado anillo, título que no logran desde la campaña del año 2008. Aún así, en las últimas temporadas ha sido uno de los fijos en el cuadro de post temporada, llegando varias veces a final de conferencia y hasta a la gran final en una ocasión, cayendo ante los Warriors de Stephen Curry por 4-2 en el año 2022.

En esta temporada regular ha sido el mejor equipo con un récord de 64 victorias y 18 derrotas. De esas 64 victorias, 37 han sido como local, siendo así la franquicia con mejor récord local de la liga. Antes de que empezase la temporada regular, muchos periodistas y analistas daban por hecho que la primera plaza de la Conferencia Este estaba reservada para los de Massachusetts, y la verdad es que a lo largo del año no ha habido ninguna sorpresa. No únicamente por el récord, sino que las sensaciones que han dejado los de verde noche tras noche ha sido de ser un equipo totalmente superior al resto.

Además, las lesiones han respetado a todos sus jugadores importantes, a excepción de Porzingis. Las dos claves para el éxito de Boston han sido sus dos nuevas adquisiciones en el mercado del verano pasado: una de ellas es Jrue Holiday, en un traspaso a tres bandas en el que los Celtics enviaban a Malcom Brogdon, Robert Williams III y dos picks de primera ronda de draft (2024 y 2029) a Portland y en el que Milwaukee, a priori el gran rival de Boston para esta temporada, formaba un super equipo con la llegada de Damian Lillard.

En otro traspaso a tres bandas, los Celtics firmaron a Kristaps Porzingis, procedente de Washington Wizards, enviando a Marcus Smart, un emblema para la franquicia en los últimos años, a Memphis Grizzlies.

El traspaso del letón albergaba dudas entre los aficionados de Boston, ya que, en contraposición a Jrue Holiday, un jugador sólido y regular tanto en defensa como en ataque, el unicornio llegaba con un historial reciente repleto de lesiones.

Aún así, toda la liga es consciente y conocedor del talento de Porzingis. Tras hacer los deberes en verano, Joe Mazulla tenía la tarea de hacer que esas dos nuevas piezas encajarán en un quinteto espectacular, con muchas variantes ofensivas y que defensivamente daba un gran salto de mejora respecto a la temporada pasada. El ex de los Bucks, Jrue Holiday, es considerado por muchos el mejor defensor exterior de la liga, dejando en bajos porcentajes de tiro a muchas de las estrellas con las que se ha tenido que emparejar. Porzingis, por su parte, combinando su físico y con su lectura, ofrece una colosal capacidad taponadora e intimidatoria . Se ha perdido 25 partidos por lesión, aunque su equipo no ha acusado su ausencia, ya que el récord sin él ha sido un sobresaliente 21-4. Las cifras del unicornio han sido de superestrella -20 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias y 2 tapones por partido-.

Lo sorprendente es que a pesar de esos números, la influencia de Porzingis en la cancha va mucho más allá y es por lo que más ha sido alabado, por encima de sus estadísticas. Gracias a su capacidad de abrir la pista, el juego de Boston se ha convertido mucho más dinámico y efectivo, ha sido capaz de entenderse con sus compañeros desde el primer día. Mérito que obviamente hay que atribuirle a él, pero también a Mazzulla, que hasta día de hoy ha completado una gestión de plantilla perfecta. Con las dos incorporaciones a un grandísimo nivel, y unos estelares Tatum y Brown, quizás algo injusto para ellos que se obvie su gran rendimiento, Derrick White ha dado un salto tremendo como jugador. El escolta, que prácticamente se limitaba a aprovechar sus tiros y aportar intensidad en la pista, ha promediado 15 puntos, 4 rebotes y 5 asistencias en temporada regular, con un 46% en tiros de campo. Pero, lo más sorprendente, es que en playoffs ha incrementado su cifra anotadora.

A diferencia de los otros cuatro jugadores, este es un auto invitado al festival verde, ya que a principios de temporada nadie contaba con este protagonismo de White. Pero todo lo realizado en los 82 partidos de temporada regular pasa al olvido cuando llegan los playoffs, donde dependiendo su actuación, los Celtics habrán hecho una buena o mala temporada. La trayectoria de los de Mazzulla en esta postemporada ha sido casi impoluta. En primera ronda se enfrentaban a uno de sus verdugos estos últimos años, los Miami Heat. Eso sí, los de Florida llegaban con una plantilla lastrada por las bajas, entre ellas la de Jimmy Butler, por lo que pesé al espíritu competitivo de los de Spoelstra, se presentaba una eliminatoria muy dispareja, y así fue. Los Celtics fueron muy superiores ganando 4-1. La derrota en el segundo partido fue algo puntual, que aunque sembró el pánico, no fue más que un día extraordinario en el que los Heat anotaron 23 triples. Aún así no todo fueron buenas noticias, ya que en el quinto partido Porzingis sufrió una distensión del sóleo en la pierna derecha, siendo aquella su última aparición esta temporada.

Las semifinales de conferencia, frente a los Cavs, fue similar a la primera ronda. La superioridad ante los de Ohio era evidente. El resultado, el mismo que en la primera ronda, 4-1, perdiendo de nuevo el segundo partido. En las finales de Conferencia, los Indiana Pacers llegaban con la moral por las nubes tras ganar el séptimo partido en el Madison Square Garden, en la eliminatoria más física de todos estos playoffs. Los Celtics superaron por 4-0 a los Pacers. Aunque el resultado indique una superioridad notoria, la realidad es que Indiana estuvo muy cerca de ganar cualquiera de los cuatro partidos, sobre todo el primero, en el que Jaylen Brown salvó a su equipo con un triple espectacular desde la esquina para forzar la prórroga. Mención especial a la figura de Al Horford, que a sus 37 años, el dominicano ha sido una garantía para suplir la baja de Porzingis, dando un grandísimo nivel en las dos eliminatorias que ha disputado como gran referencia interior. A falta de una semana para el comienzo de las finales, los Boston Celtics se reafirman como favoritos y ya esperan rival en el TD Garden.

Salvo sorpresa, serán los Mavericks de Doncic e Irving, enemigo público número uno en Boston, los que intenten amargar una temporada de ensueño a los Celtics. Dallas encarrila la eliminatoria contra los Timberwolves, y hoy mismo pueden certificar su paso a la final si logran poner el sello a la eliminatoria en el cuarto partido que se disputa en Dallas, con un 3-0 a favor de los texanos. Por parte de Boston, se prevé que Kristaps Porzingis reaparezca en el primer partido de las finales, recuperado ya de su lesión. Tras 16 años sin lograr el anillo, Boston Celtics está más cerca que nunca de ganarlo de nuevo, y lograr su campeonato número 18. De esta manera desempataría con Los Ángeles Lakers y sería la franquicia con más títulos de la liga. ¿Será este el año?