A falta de oficialidad y cerrar pequeños detalles dentro de la operación, New York Knicks se hace con los servicios de Mikal Bridges a cambio de Bojan Bogdanovic, cuatro primeras rondas sin ninguna protección (2025, 2027, 2029 y 2031), una primera protegida de Milwaukee Bucks (2025), un derecho a intercambio de primeras rondas sin restricciones en 2028 y una segunda ronda de 2025. Para finalizar el traspaso, una segunda ronda de 2026 de los Nets pone rumbo a la Gran Manzana.
Nostalgia. En ocasiones, sentimos anhelo por tiempos pasados que fueron mejores. Volvemos el tiempo atrás y recordamos, vivimos del pasado hasta que la realidad nos despierta. Los aficionados de los New York Knicks viven en ese sentimiento constante. Ven a su equipo temporada tras temporada tratando de volver a tiempos mejores (sin éxito). Tiempos triunfales donde su equipo hacía vibrar a toda una ciudad. No una ciudad cualquiera, sino Nueva York, La Gran Manzana. Los principios de los setenta fueron triunfales. Los dos títulos que ostenta la franquicia se dan en esa época. Los noventa vuelve a avivar el sueño, pero es ligero, fugaz. Se pierden Finales, el sabor sería amargo, pero tristemente son el último gran recuerdo en la afición knickerbocker. Aquí un servidor ha crecido con los Knicks de Carmelo, un jugador enamoradizo ferozmente criticado por su falta de grandes hazañas colectivas. Estas grandes hazañas son las que quedan en la retina de los Knicks y les ha estado persiguiendo durante todos el siglo XXI.
Thibodeau está construyendo algo y la gerencia lo sabe. El traspaso de Mikal Bridges parece ser la última gran pieza en un rompecabezas que no ha terminado de concretarse. Algunos dirán que se ha sobrepagado por el ex-jugador de los Nets, pero al final esto es un efecto secundario de esta nostalgia comentada. Los Knicks quieren volver a saborear grandes cotas y esta ha sido su fórmula. El tiempo dirá si se equivocan o no.
Mikal Bridges ha promediado 19,6 puntos, 4,5 rebotes, 2,6 asistencias y 1 robo por partido en esta última temporada con 43,6% en tiros de campo y 37,5% en triples. Además, no se ha perdido un sólo partido desde que llegó a la liga allá por el 2018, veremos si es capaz de mantener el ritmo capitaneado por el sargento Thibodeau. Los Knicks adquieren a un jugador muy cotizado y deja abierta alguna que otra incógnita en cuál va a ser la rotación la temporada que viene. Con la ya sabida renovación de OG Anunoby por lo alto (212,5 millones por 5 años) se disipan las dudas de la continuidad del ex-jugador de Toronto Raptors. Todo hace presuponer que se concretará la salida del pívot Isaiah Hartenstein. Veremos si se produce algún movimiento más, pero lo que es innegable es que el equipo neoyorquino eleva su nivel con este fichaje y busca claramente plantar cara a Boston en el Este.
Con la llegada de Bridges, sumado al liderazgo de Brunson y jugadores como Josh Hart o Donte DiVincenzo aportando desde otros roles, es inevitable no acordarse de los Vilanova Wildcats de 2016, campeones de la NCAA. Muchos medios se han hecho eco de esta reunión de amigos en la máxima élite y alguno hasta pide el fichaje de Ryan Archidiácono, también integrante del flamante equipo campeón universitario.
Si los Knicks se han movido por la nostalgia, sus vecinos de Brooklyn lo han hecho por petición expresa de Bridges. Su traspaso a la franquicia vecina es el primer movimiento que se produce entre ambos conjuntos desde 1983, cuando los Nets enviaron a Len Elmore a los Knicks a cambio de una segunda ronda de draft. Dos franquicias que tienen cero afecto entre sí, que hacen este movimiento pensando cada una en sus propios intereses, lo cual no deja de significar que ambas salen beneficiadas de esta operación.
Esta excepción por parte de Brooklyn se hace con la mente puesta en el futuro. Ese futuro que tantas veces se han quitado ellos mismos de las manos pensando única y exclusivamente en el corto plazo. Dicen que el hombre es el único animal en tropezar dos veces con la misma piedra y es que los Nets acumulan dos de los fracasos más sonados de la historia reciente de la NBA. El traspaso que sacó de Boston a Kevin Garnett y Paul Pierce y el traspaso que reunió en Brooklyn a Durant, Irving y Harden. Parece que mandando a Bridges a Knicks y con los movimientos de rondas de draft que han realizado con Houston Rockets recuperan su futuro o parte de él.
Brooklyn Nets, con el español Jordi Fernández a los mandos, se encamina a la reconstrucción desde cero, en busca de un proyecto bien cimentado y que avance de manera progresiva y no a trompicones. Si el hombre tropieza dos veces con la misma piedra, Brooklyn lo hace tres… o no. Algunos elegimos creer en que a la tercera va a venir la vencida. Veremos también si los Knicks están más cerca de su tercero. Dicen que en la vida muchas cosas son cíclicas, sobre todo las modas. Volvieron los pantalones de campana, los mullet, y ¿por qué no? Que vuelvan los Knicks. Algunos lo desearán por la nostalgia, por los sentimientos que despertaron en ellos los de La Gran Manzana en tiempos pasados, otros, como yo, simplemente quieren ver otro campeón distinto durante otra temporada consecutiva. Sea por una o por otra, si los Knicks salen airosos de esta apuesta, el baloncesto será un poquito más feliz.
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